Leyendo la entrada de Víctor, me vino a la cabeza el último partido que jugué con la universidad de Valencia el jueves pasado.
Os cuento:
Estábamos jugando un partido de fútbol sala contra la Universidad Politécnica de Valencia, este partido era muy importante para nosotras, ya que si lo ganábamos poníamos el primer pie hacia la final, además de ganarlo, necesitábamos marcar muchos goles para tener más oportunidades para la final.
Yendo a la cuestión, quedaban unos 2 minutos de partido (en fútbol sala, en 2 minutos se pueden marcar muchos goles), expulsaron a 2 chicas del otro equipo por insultar al arbitro, es decir, jugábamos nosotras 5 contra 3 chicas del otro equipo.
El partido estaba a nuestro favor, 5-0, pero aún así necesitábamos más goles, sin embargo, cuando el arbitro expulsó a esas 2 jugadoras, nuestro entrenador nos dijo que no atacáramos, que solo manteniéramos el balón para perder tiempo y que acabara el partido.
Sinceramente me pareció un gesto de honradez, porque podríamos haber aprovechado la situación para haber aumentado la cuenta de goles, sin embargo, nos pusimos en la piel de nuestras adversarias y pensamos que si nos pasara a nosotras, también nos gustaría que tuvieran ese gesto.
Con este relato quería mostrar, que los valores y la racionalidad también se dan en movimiento y en los deportes, y que aunque sean competiciones importantes, nunca se puede perder la moralidad.