Este artículo de “el país” es muy interesante, aconsejo que lo leáis, aunque aquí os hago un breve resumen: En pocas palabras, este artículo nos dice que ejercer la autoridad sobre un niño lo puede hacer cualquier persona, ya que solo consiste en decirle a un niño lo que tiene que hacer. Pero que educar no consiste en eso, sino que educar es meterse en la piel del otro, y con empatía saber como vivir su mundo y como son sus necesidades para saber que es lo que más le conviene.
Este artículo nos muestra dos ejemplos.
-Primero el de Arthur Miller, que tuvo un hijo con síndrome de Down y no supo como meterse en su piel ni intentó empalizar con él, ya que a los 4 días de nacer lo metió en un orfanato, porque aquel hijo no encuadraba en su vida. Casualmente su carrera como escritor decayó muchísimo.
-Otro ejemplo es el de Kenzaburo Oé el cual tuvo un hijo hidrocefálico y autista, pero en este caso Oé si que supo empatizar con él y lo ayudó a su recuperación, que finalmente se produjo. Casualmente la carrera de este escritor que aceptó y reconoció a su hijo fue brillante.
Aquí os propongo una reflexión; ¿La causa y el efecto de la empatía y la aceptación está relacionada con el éxito?
Mi respuesta es clara y concisa, por supuesto que están relacionadas, ya que si las personas aceptáramos las cosas y empalizáramos con los demás nos sentiríamos más a gusto con nosotros mismo, esto nos hace ser más felices, y por lo tanto hacer las cosas con ganas.
Conocía el artículo y me uno na tu recomendación. Has hecho un muy buen resumen. Savater insite en que educar es un empeño humano de hacernos humanos los unos a los otros. No solo hacemos más humano a quien educamos, sino que nos hacemos más humanos educando. Eso es lo que destaca en las historias de Miller y Oé (por cierto, premio novel).
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